La avaricia no acumula riquezas: acumula miedos disfrazados de oro.

 La violencia es la torpeza del poder: golpea donde no entiende y destruye lo que no sabe nombrar.

 
La astucia nunca corre: deja que los demás se adelanten para mostrarles después el camino que no vieron.

 

El odio es la cadena más pesada: siempre aprisiona primero a quien la forja.

 

La locura es la grieta por donde se escapa lo que el mundo no se atreve a pensar.

 
La verdadera caridad no da desde la abundancia, sino desde la conciencia de que nada nos pertenece del todo.

 

La humildad no busca reflejo: se reconoce en el silencio de lo que no necesita mostrarse.

 

La timidez no es silencio: es un idioma que teme no ser comprendido.

 

La soledad espacial se padece por distancia; la social, por carácter.