El odio es la cadena más pesada: siempre aprisiona primero a quien la forja.

 

La locura es la grieta por donde se escapa lo que el mundo no se atreve a pensar.

 
La verdadera caridad no da desde la abundancia, sino desde la conciencia de que nada nos pertenece del todo.

 

La humildad no busca reflejo: se reconoce en el silencio de lo que no necesita mostrarse.

 

La timidez no es silencio: es un idioma que teme no ser comprendido.

 

La soledad espacial se padece por distancia; la social, por carácter.

 

El remordimiento es la sombra que deja la conciencia cuando llega tarde.

 

El rencor es una cadena que el alma arrastra creyendo que aprisiona a otro.

 

El narcisismo no es amor propio, sino miedo a mirarse sin reflejo.